Juegos (2)
Fue precisamente en el año 1992 cuando me llamaron del periódico El País y, en una comida en el pequeño restaurante La Playa, de la calle Magallanes de Madrid, me preguntaron si sería capaz de diseñar un juego de gran dificultad para tener en jaque durante el verano a los lectores de su suplemento semanal. Dije que sí, me puse a trabajar y fue así como nació El Juego Más Difícil del Verano, que se publicó ese mismo mes de agosto, y que tuvo sucesivas ediciones los 3 años siguientes.
Este juego fue una auténtica revolución que, sin duda, marcó un hito en la concepción de los juegos y demostró que, si se diseñan adecuadamente, producen auténticos forofos capaces de casi todo. Algún día publicaré más de una anécdota, pero recuerdo una muy curiosa cuando conseguimos poner en dificultades la centralita del Ministerio del Interior (la de los espías ;-) al llamar cientos de jugadores para preguntar por el nombre de un raro partido político registrado en España y del que nadie sabía gran cosa. “¡Que dejen de llamar inmediatamente!”, decía algún responsable que llamó al periódico sin saber que, una vez abierta la caja de los truenos, aquello era imparable.